domingo, 13 de septiembre de 2009

"Hacemos obras maestras de manera industrial".

El vicepresidente creativo de Rockstar Games, uno de los padres del 'GTA' habla en exclusiva con 'Público' sobre música, cine y videojuegos.





Dan Houser (Reino Unido, 1974) coloca con precisión tres latas de cocacola light y una botella de un litro de agua. Sus movimientos recuerdan a los de Rafa Nadal cuando alinea sus provisiones de combustible para sus extenuantes partidos. Durante la hora y media que dura la entrevista, dará buena cuenta de todo el líquido, a pesar de que la sala en la que nos encontramos está refrigerada como un casquete polar, un oasis que nos protege del extenuante calor en Nueva York. Houser es enorme, con la cabeza rapada y vestido con una sencilla camiseta negra, y es el vicepresidente creativo de Rockstar Games, la compañía de videojuegos que fundó en 1998 junto con su hermano Sam. La compañía ha conseguido un éxito descomunal con la saga Grand Theft Auto (GTA).





El año pasado, la aparición de GTA IV supuso el lanzamiento más exitoso de la historia del entretenimiento, recaudando 310 millones de dólares en tan sólo 24 horas en todo el mundo, cifra superior a cualquier película, libro o disco hasta el momento. A pesar del ruido mediático que genera, debido en parte a su alto contenido violento, Houser apenas concede entrevistas. Lo que le concede un aura de misterio que rápidamente se esfuma cuando advierte que tiende a embalarse en sus respuestas y que le avisemos si va demasiado rápido.





Rockstar no se parece mucho a otras compañías de videojuegos...





Cuando a finales de los noventa fundamos Rockstar no queríamos ser como las demás empresas de videojuegos. Preferíamos parecernos más una discográfica, como la Motown, Factory Records o Def Jam.Ahora creo que nos parecemos más a una de esas productoras de cine del Hollywood de los años treinta, que en su época eran consideradas como fábricas de entretenimiento porque hacían películas de manera industrial, pero a las que ahora se les considera obras maestras que perduran. Y eso es lo que nosotros queremos, productos que sean éxitos masivos pero que también sean recordados como algo de gran calidad. Para nosotros, el concepto de Rockstar siempre va a ser Keith Moon, el batería de The Who. Representa individualidad, independencia y una estética propia. Cuando empezamos queríamos dar a una empresa de la era digital los valores de una empresa analógica. La libertad, la sensación de inconformismo y hacer algo revolucionario. Ser tu mismo, no hacer lo que te dicten los demás, pero no todo es estética. Siempre hemos querido tener un buen contenido. No queremos que ocurra como el punk en los setenta, que ha quedado para la historia como algo con mucha personalidad estética pero cuyas canciones no son tan recordadas como las crestas y los imperdibles.

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